22-10-2020
El Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina difundió recientemente un estudio que analiza la imagen que tiene la población argentina del campo. El trabajo realizado también interpela a nuestra sociedad sobre los conceptos de sustentabilidad y hábitos alimenticios, ambos con relación al sector ganadero. En tiempos de virtualidad, donde las redes sociales cobran cada vez mayor relevancia como formadoras de opinión, resulta clave destacar los aspectos positivos del consumo de carne y conocer en profundidad las conversaciones que tienen lugar en las redes. Para ello, entrevistamos a Adrián Bifaretti, Jefe de Promoción Interna del IPCVA.
Un reciente informe del IPCVA arroja que un 63 % de la población argentina tiene una imagen buena o excelente del campo. ¿Podría desarrollar esta idea? Sí. Le preguntamos a la gente qué opinaba del campo en una escala de imagen buena, excelente, mala o regular. El 63% de este universo confirmó que tiene una imagen positiva y, lo interesante, es que esto es transversal a los niveles socioeconómicos. El campo está siendo bien visto independientemente de la situación económica de la gente. ¿A quiénes entrevistaron para el estudio? El estudio sale de un panel online que hacemos cada dos meses y es representativo de toda la población argentina. Luego vamos segmentando los resultados por zona. El campo tiene muy buena imagen en Capital Federal y en las partes del país más vinculadas al campo, las áreas más rurales. En donde peor mide es en GBA, pero aun así la imagen es positiva. ¿Por qué cree que hoy es buena la imagen del campo? Un factor que creo puede haber contribuido a afianzar esta buena imagen es que durante la pandemia no se generaron problemas de desabastecimiento en el sector agropecuario. Además, con todos los temas relativos a la escasez de dólares que rigen hoy, la gente ha tomado conciencia de la importancia estratégica que tiene el sector agropecuario en la generación de divisas. De hecho, se trata de uno de los sectores mejor posicionados, gracias a su competitividad. Creo que con una adecuada política y el apoyo necesario podría ayudar al país a salir de la crisis, como tantas veces lo ha hecho. Sería importante aprovechar esta buena imagen y también difundirla ¿no? Sí, totalmente. El mismo sector agropecuario se está dando cuenta de la importancia que tiene comunicar de manera profesional y cada vez mejor. En nuestro informe se ve que, al mes de enero, la Argentina ocupaba el sexto lugar de uso de horas internet a nivel internacional (haciendo una comparación de la media mundial). En cuanto al uso destinado a redes sociales, estaba en quinto lugar. En el segmento de los más jóvenes, los ¨centennials¨ (de 16 a 25 años) ocupaba el primer lugar a nivel mundial de tiempo dedicado al uso de redes sociales. Esto nos lleva a ver que todo lo que empieza a conversarse o discutirse en el ámbito de las redes tendrá indudablemente cada vez mayor incidencia en la vida real, en la formación de opinión o en el comportamiento de la gente. Digamos que las redes llegaron para quedarse… ¡Sin dudas! El IPCVA tiene una historia muy rica en todo lo relativo a estudios de mercado y análisis del comportamiento de la gente. Hoy creemos que si todo pasará cada vez más por lo que se discute en las redes sociales, entonces hay que investigar a fondo qué piensa la gente de algunos temas y cómo plasma esas opiniones en conversaciones. ¿Cómo está la relación carnívoros y veganos en el país hoy? La Argentina sigue siendo un país carnívoro: 66% de nuestra población está definida como carnívora pura, 3% son vegetarianos, 2% son veganos y 30% son flexitarianos (aquellos que aún consumiendo carne tienen intención de ir disminuyéndolo). Justamente ese es el segmento que nos interesa seguir de cerca para acotar esa merma, ese flujo de consumidores que se van perdiendo. Y también cuidar y afianzar a los consumidores carnívoros. ¿Qué rol juegan los veganos en las redes? El tema del maltrato o del sufrimiento animal está al tope de las preocupaciones de los veganos, y hoy las redes amplifican mucho la voz de estos movimientos activistas veganos o ambientalistas. Y también la de aquellos influencers o celebridades que comulgan con estos temas, todas estas problemáticas empiezan a amplificarse. Desde el instituto estamos tratando de comprender esta dinámica para meternos cada vez más en la conversación. Creo que hay que destacar siempre el lado positivo, es decir, qué tenemos para contar sobre la ganadería en relación al medio ambiente, a la salud. Un punto importante es difundir qué significa la carne desde el punto de vista nutricional, por qué no hay que abandonar el consumo de carne. Hay enormes oportunidades para ir por ese camino y nosotros trabajamos con referentes locales e internacionales. Hoy trabajamos en redes sociales con el Dr. Jorge Tartaglione, presidente de la Fundación Cardiológica Argentina. Y también hemos trabajado hace unos meses con Alberto Cormillot. Ambos profesionales plantearon desde una postura más científica o profesional lo que significa la carne desde el punto de vista médico y nutricional. ¿Qué lugar buscan ocupar entonces en cuanto a lo comunicacional? Hoy la carne tiene que adaptarse a las nuevas tendencias, saber convivir y ser inteligente en cómo defender su lugar. No hay que entrar en debates o discusiones porque no tiene ningún sentido y es más probable que se pierdan más espacios de los que se ganen. Hay que respetar la libertad de elección, pero eso no quita que, del lado de quien promociona un producto tan noble e inmerso en la cultura y el corazón de los argentinos, pueda aprovechar sus beneficios nutricionales, o la cuestión emocional que implica comer un asado con los amigos o la familia. Esa es una ventaja de la carne que no tiene una dieta vegana. ¿El consumo de carne bajó durante la pandemia? Si uno lo analiza en términos históricos o estadísticos obviamente que hay un descenso estructural. Pero no nos olvidemos nuestra realidad económica en un país con un alto índice de pobreza, con la crisis que venimos arrastrando y una pandemia que ha cambiado el mundo. Sin embargo, yo valoro muchísimo que en una situación de pandemia y en un contexto en que la población tiene complicaciones económicas, podamos tener un consumo anual de 50 kilos por habitante por año. Según el estudio, ¿la mayoría de los argentinos consideran que la ganadería es una actividad sustentable? Los resultados del panel online del IPCVA demuestran que los argentinos asocian en general a la producción ganadera como una actividad sustentable. En este sentido, 62 % de las respuestas vinculan a la producción ganadera con una actividad sustentable, solo un 14 % piensa que no es sustentable y un 24 % de las personas encuestadas no tiene conocimiento del tema o no se sienten en condiciones de dar su opinión. En general, la asociación de la sustentabilidad de la ganadería con la posibilidad de llevar adelante la actividad sin perjudicar el medioambiente suele provenir de aquellas personas que poseen una mejor imagen del campo. Hoy con la pandemia y el parate industrial que hubo, ¿quedó comprobado que la ganadería no es contaminante? Si uno vincula el tema de la sustentabilidad solamente a la emisión de gases, y eso se relaciona a la ganadería, es ahí donde los cuestionamientos o las culpas hacia la ganadería pueden ser más importantes de parte del sector que desconfía de su sustentabilidad. Pero hay estudios y trabajos científicos que demuestran que los suelos ganaderos argentinos tienen un balance de carbono positivo, o sea, que se secuestra más carbono del que emite. ¿Es sólo cuestión de contarlo? Sí, en parte sí. Aunque ya son muchos los que cuestionan las metodologías que se utilizan a nivel internacional para medir la sustentabilidad por considerar que están desactualizadas. Además aducen que éstas fueron definidas por sectores que tienen otros intereses o más poder de lobby que la propia ganadería. Si bien esa metodología quedó como validada, no es la que refleja la realidad de la ganadería hoy. ¿Qué habría que resaltar entonces? Hay que contar que la ganadería, que históricamente fue un sistema agropecuario, ha sido fuente de vida en los establecimientos argentinos. Todo lo que tiene que ver con la biomasa que se genera en las raíces del suelo de cualquier sistema pastoril es sinónimo de vida y ahí es donde aparecen los otros aspectos de la sustentabilidad. Un sistema ganadero te permite mejorar la sustentabilidad a lo largo del tiempo, podés llegar a disminuir la erosión y mejorar la estructura del suelo, los ciclos del agua, etc. ¿Los indicadores ambientales ya son una barrera de acceso a muchos mercados? La ganadería tendrá que plantear todas estas cuestiones que no podrá ignorar porque los mercados externos, sobre todo Unión Europea, serán cada vez más exigentes con este tema y aparecerá el requerimiento de tener que cumplir con una política ambiental para venderle a determinado país. La Unión Europea y viene trabajando con esto y por eso se pondrán cada vez más exigentes con el tema. ¿Cuál es el mapa de las exportaciones hoy? Después de la primera etapa de la pandemia y luego de la complicación que tuvimos con China, ellos retomaron la importación de carnes. Si bien necesitan cubrir un hueco grande de toneladas de cerdo que no tienen, las cotizaciones han caído un 30% interanual. Hay que agradecer que China mantiene viva la rueda de la exportación de carne, llevándose casi 76% de todas las exportaciones de nuestro país, pero el tema de precios está complicado. China hoy en día lidera el comercio mundial de carnes. Es tal la potencia y la fuerza que no nos queda otra que ser China dependientes en este momento. Luego hay otros mercados como Israel o Chile, pero que nos compran un porcentaje muchísimo menor. Estados Unidos ha hasta un 5% de las exportaciones de nuestro país. En cuanto a la Unión Europea, habrá que ver como sigue el tema de los rebrotes de Covid-19, porque en algunos países se plantea volver atrás con la apertura de restaurantes y eso afecta a nuestra carne de mayor valor como la Cuota Hilton. Sería interesante entonces promocionar estos cortes de valor en China, ¿no? ¡Claro! En esa línea y pensando en el mediano y largo plazo estamos trabajando desde el IPCVA con acciones de marketing en el mercado chino, haciendo mucho hincapié en trabajar en redes sociales y con influencers famosos en China, en enseñar cómo usar la carne argentina con los métodos de cocción chinos. Más allá de que estén consumiendo más, los chinos no tienen la cultura de comer carne. Por eso, si bien tuvimos que suspender las ferias agroalimentarias hemos continuado con acciones de promoción importantes en el mercado chino por internet para introducir nuevos cortes. Esto implica un desafío porque usan otras redes (We Chat y We Work son las más fuertes) y otras aplicaciones. Además, ellos están modificando a una velocidad incluso mayor que otros países el tema del comercio electrónico, eso implica nuevos desafíos en materia logística, cómo vas a trabajar con los importadores, etc. ¿Qué opina del nuevo mercado de Cañuelas? Estoy al tanto de esta propuesta que incluye una modernización tanto logística como ambiental (paneles solares, planta de efluentes, recuperación del agua de lluvia, etc.) y creo que esas cuestiones van a jugar muy a favor con todo lo que tiene que ver con la comercialización de hacienda. Hoy partimos de una imagen complicada del imaginario que tiene la gente sobre el transporte de hacienda. Por eso hay mucho por comunicar y comentar de este tipo de cuestiones que marcarán un cambio en lo que respecta a la parte ambiental. El cuestionamiento de tener el mercado adentro de la ciudad ha golpeado varias veces, pero hoy se podrá mostrar una imagen mucho más de campo vinculada a la comercialización de hacienda. Llegamos entonces al tema del bienestar animal Sí, es un tema que abordamos en el estudio y encontramos una diferencia entre quienes sienten culpa cuando los animales van a faena y quiénes no la sienten. Quienes sienten culpa (que es la minoría en la Argentina) les resulta más difícil interiorizar en el concepto de bienestar animal y quienes no la sienten identifican más fácilmente el concepto de bienestar animal con buena alimentación, buena crianza, buen hábitat, buen mantenimiento de la salud de los animales, darles confort, etc. El salto cualitativo que dará el nuevo mercado permitirá mostrar un antes y un después, una evolución, y tendrá más motivos de comunicarse con aquellos que están más abiertos a recepcionar el concepto de bienestar animal.