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Entrevista

“Todavía nos quedan cartas por jugar, pero hay que hacer bien las cosas puertas adentro”

06-05-2020

“Todavía nos quedan cartas por jugar, pero hay que hacer bien las cosas puertas adentro”

El productor agropecuario argentino está acostumbrado a subsistir en escenarios cambiantes. Ha tenido siempre la fortaleza y resiliencia necesarias como para sobrellevar sequías o condiciones climáticas adversas, cambios en las reglas del juego o fluctuaciones del dólar, entre otros desafíos. Hoy, frente a un momento inédito en la historia, queremos saber cuál es la situación de nuestro sector cárnico. Para eso, charlamos con Diego Ponti, especialista en mercados ganaderos, y responsable del área en la consultora AZ Group.

¿Hace cuánto tiempo trabaja como consultor/asesor ganadero? Mis comienzos fueron en la Subsecretaría de Ganadería del Ministerio de Agroindustria, en 2011. Durante 6 años trabajé y me formé en todo lo referente al mercado de ganados y carnes vacunas. A principios de 2017 di el salto al sector privado, dando inicio al área ganadera que hoy desarrollamos en AZ Group. Escenario 2020. Considerando las perspectivas que tenía el mercado ganadero hacia fines del año pasado ¿qué cosas se modificaron a partir de la llegada del COVID-19? ¿En qué medida? Mirando hacia afuera, la caída de exportaciones hacia China y Europa principalmente. No estábamos acostumbrados a renegociar contratos en el mar y postergar envíos. La parálisis de la actividad en restaurantes, hoteles y servicios de caterings impactó muy fuerte en el negocio, estos canales comerciales representan el principal destino de nuestra carne. Hacia dentro, un pico de consumo interno en marzo superior a lo esperado, el efecto freezer se hizo presente en los primeros días de la cuarentena. Desde lo operativo, el impacto se dio sobre los canales presenciales de comercialización, el cierre de plantas, y ciertas dificultades logísticas. ¿Cómo vislumbra la ganadería argentina a futuro teniendo en cuenta la tasa de extracción de los últimos tiempos? La tasa de extracción en los últimos años se ha movido en torno al 24%, lo cual desde ese punto de vista no veo alertas. Si me parece importe avanzar en la eficiencia productiva de nuestro rodeo, incrementar el destete, para que ese porcentaje pueda ser mayor sin comprometer el stock. ¿Considera que estamos ante una etapa de liquidación? En caso afirmativo, ¿cómo se podrían recuperar los vientres? No. Si bien datos recientes de existencias al 31/12/19 dan cuenta de una reducción del stock de vacas, hablamos de un -2,38% . Hemos recuperado la cantidad de vacas que teníamos en el 2007, esto permite cambiar los % de equilibrio clásicos que se ubicaban en torno al 45%. Por otra parte, crecimos en terneros, esto habla de una mejora de la eficiencia productiva, probablemente China nos dio una mano para limpiar parte del stock improductivo de vientres. Con respecto al mercado de hacienda de invernada ¿Cómo están los precios del ternero hoy? ¿Es lo esperable para la situación sanitaria actual? ¿Cuáles son las perspectivas a mediano plazo? Hoy la foto parece buena, llegamos a mayo y la invernada se mantiene firme. Ahora si analizamos la película hacia atrás, estamos un 8% por debajo del promedio de los últimos 6 abriles en términos constantes y un 29% por debajo del promedio en dólares. El sector criador ha sido el principal perdedor durante los últimos años. Sin embargo, si nos comparamos con la zafra 2019, hoy tenemos un mejor presente. ¿Cómo afecta el cambio de reglas de juego a nivel impositivo a los actores de la cadena cárnica? ¿Cree que nuestro país ha perdido competitividad con estas medidas? La presión impositiva resta competitividad y suma en la ecuación del negocio el concepto de “costo argentino”. Dentro de este costo se incluye todo el tiempo y energía que tenemos que dedicar para trabajar para el Estado, desde pagar impuestos a gestionar/planificar todo el universo impositivo, incluso hay actores que asumen el rol de agentes de retención de impuestos. Cuando te sobra tiempo podés dedicarte más a producir. Con respecto a la competitividad internacional este costo argentino ha sido tapado en los últimos años por una sucesión de devaluaciones. La carne no acompañó al dólar, entonces Argentina aún con la mochila impositiva se posicionó entre los países más competitivos del mundo. Me preocupa la pérdida de eficiencia productiva. Al desalentar la inversión, y cuando incrementar la producción implica más costos y riesgos que beneficios, esto resulta un problema. En cuanto al consumo interno de carnes, comenzó con buenos niveles a principios de la cuarentena ¿cómo cree que seguirá comportándose la demanda local en los próximos meses? No veo posible que se mantenga ese nivel de consumo inicial. En la primera fase de shock y reacción, se priorizó el abastecimiento por sobre la economía del hogar. A partir de ahora veremos un fuerte impacto en el bolsillo del consumidor interno y esto repercutirá en el poder de compra y consecuentemente en los precios. Hay medidas desde el gobierno para dinamizar la economía que seguramente amortiguarán la caída, pero no llegan a todos los segmentos de la población. ¿Cómo está hoy la relación consumo interno vs exportación? ¿Faltan políticas para fortalecer la producción? En el primer trimestre del año se ha exportado un 24% de la producción. En el período 2016-2019 la producción de carne ha crecido por debajo las exportaciones, por lo cual, la variable de ajuste fue el mercado interno. Para crecer en exportación y abastecer el mercado interno en cantidad suficiente y buenos precios, hay que aumentar la producción. Para ello es necesario, buenos precios al productor, financiamiento acorde a la biología de la actividad, y previsibilidad. Ninguna de estas tres condiciones se dio en los últimos años. Es clave el tiempo, para ganar confianza y generar expectativas positivas, lamentablemente la ganadería es una actividad de plazos largos en un país del día a día. Habiendo retomado sus operaciones comerciales con la Argentina, se prevé que China siga siendo nuestro principal comprador de carne durante 2020. ¿Es peligrosa esta “dependencia” de China? ¿Hay algún nuevo mercado que pueda abrirse en el corto-mediano plazo? Sin dudas China es y será nuestro principal cliente durante este y los próximos años. El fundamento más fuerte es que necesitan proteína animal, no tienen la capacidad de autosuficiencia en este rubro. Por supuesto que la dependencia de un comprador es muy peligrosa, sobre todo cuando ese comprador ha mostrado ser imprevisible. A fin del año pasado el gobierno chino intervino el mercado importador de carnes, y obligó renegociar contratos sobre cargas que estaban en altamar. Luego el coronavirus. Todavía nos quedan cartas por jugar. Tenemos que avanzar sobre Estados Unidos, y abrir Corea del Sur y Japón, hoy solo habilitado para Patagonia. Pero para ello también tenemos que hacer bien las cosas puertas adentro, estar a la altura de los más exigentes, demostrar solidez en lo sanitario y avanzar en calidad de carne. Hace rato se debate sobre la incidencia de las emisiones de carbono de los animales en el medio ambiente. Pero las mejoras ambientales durante la pandemia, con una ganadería activa, arrojan que esta influencia no era tan grande como se pensaba. ¿Qué piensa al respecto? Que hay que debatir con más datos y menos opiniones. ¿Cuánto emite de carbono la ganadería y cuánto captura? Empecemos por ahí, lo más básico. Por otra parte, el sector ganadero carece de comunicadores con llegada a la opinión pública, y solo recibe los golpes sin poder articular su defensa. ¿Qué podría hacerse desde la práctica ganadera para ser más sustentables? Un buen ejemplo sería incorporar las prácticas de economía circular a la producción. Trabajar sobre la reutilización de desechos. Ya hay varios establecimientos en el país que han dado el primer paso generando su propia energía a partir de desechos e incluso abastecen de energía a sus alrededores. Después, todo lo que es Buenas Prácticas de manejo animal y cuidado ambiental se irán incorporando por decisión propia o por reacción. Cada vez son más los clientes que hoy nos piden respuestas en estos sentidos. La generación de valor y la construcción de la marca requieren incluir el propósito ambiental en la agenda de nuestra empresa.

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