18-02-2020
Catalina Boetto es una de las mujeres fuertes del sector ganadero argentina: tiene 32 años de trayectoria y una importante participación en la actividad productiva y el área académica. La flamante Secretaria de Ganadería de la provincia de Córdoba analiza la actualidad del sector, y expone qué desafíos se deberán sortear para alcanzar una ganadería más eficiente, sustentable, y cada vez más ligada al cuidado del ambiente y el bienestar animal.
¿Cómo fue su incursión en la ganadería? ¿Qué la llevó a seguir su camino en este ámbito? Desde que me recibí como Ingeniera Agrónoma en julio de 1986 supe que me iba a dedicar a la ganadería, siempre me gustaron las vacas. En ese momento comencé a trabajar con el Ingeniero Agrónomo Oscar “Cachi” Melo, referente en ganadería subtropical, que aumentó mi entusiasmo por la ganadería. Juntos comenzamos a desarrollar numerosas acciones relacionadas a la ganadería; entre ellas la creación de una raza, una consultora y desarrollo de software ganadero, entre otras actividades. Es la primera mujer que asume como Secretaria de Ganadería en la provincia de Córdoba. ¿Por qué cree que la convocaron? ¿Qué significa este reconocimiento para usted? Sí, soy la primera mujer en ocupar este cargo, cuando me convocaron no dudé en aceptarlo. Al no provenir de la política y haberme dedicado siempre a la actividad productiva y al sector académico, creo que este nombramiento es un reconocimiento a mi trayectoria. Lo viví como un halago y lo asumí con gran responsabilidad. Personalmente, he asumido el compromiso de desarrollar estrategias para fortalecer e incrementar la participación de colegas mujeres en distintos espacios y niveles de decisión. ¿Qué problemáticas se plantea abordar? Los problemas más importantes son aquellos relacionadas a disminuir el impacto ambiental de la producción ganadera, lograr que las acciones para esto puedan ser cuantificables a través de indicadores y que el productor pueda utilizar estos indicadores como herramientas de mejoramiento en el manejo de nutrientes, agua y residuos. ¿Cómo está hoy el sector ganadero argentino? ¿Cuáles son los aspectos a mejorar a nivel regional (Córdoba)? ¿Y en el nivel nacional? Bajo mi área se encuentran todas las producciones que generan proteína animal, es decir, bovina, porcina, equina, ovina, caprina y aviar. Los sistemas de producción de cada una de ellas tienen diferentes niveles de intensificación y eficiencia productiva. Particularmente, la producción bovina de carne, que es mi especialidad, tiene una eficiencia media a baja. La ganadería de Córdoba se encuentra como la media de la ganadería nacional, estancada desde el punto de vista de eficiencia productiva. Usted es parte de la empresa MBG Ganadería. ¿Qué beneficios le aporta al productor el software qué ofrecen? MBG Ganadería desarrolla herramientas que permiten hacer una “nutrición animal aplicada a la producción” bovina. Diseñamos y desarrollamos varios modelos de simulación de respuesta animal y formulación de dietas para todas las categorías bovinas que permiten planificar la alimentación y presupuestar recursos. El uso de estos modelos sirve para la planificación física y económica de los sistemas ganaderos. Estos programas son herramientas excelentes para la toma de decisiones en los negocios ganaderos porque confieren agilidad en el análisis de muchas variables en numerosos escenarios productivos y económicos. ¿Cuál es el rol clave que tiene la alimentación en vistas de alcanzar un sistema ganadero eficiente? La alimentación constituye la variable de mayor ponderación sobre los costos operativos, representando entre 50-75% de los costos de producción, por lo tanto, cualquier acción que incida sobre ella, tendrá un marcado efecto sobre la rentabilidad de la unidad de negocios. Es por esto que la alimentación debe priorizarse en la planificación de la empresa ganadera. ¿Cómo es la ganadería que se viene? ¿Qué desafíos enfrenta el sector? Si bien no estamos en un momento de buena consideración para la actividad, tengo una visión muy positiva de lo que sucederá con la ganadería. Creo que la ganadería bovina, sobre todo, es la que más va a contribuir a la sustentabilidad del sistema. A veces parecería una contradicción, por el impacto que tiene en el ambiente, pero creo que tiene mucho para contribuir. Primero, porque se puede hacer ganadería en áreas no cultivables, además porque produce alimentos de excelente valor y utiliza fuentes de energía y de proteínas que no pueden ser utilizadas por los humanos, transformándolas en productos de gran valor. Por último, un dato no menor, es generadora de mano de obra. Tiene un gran futuro que, por supuesto, será diferente. Será una ganadería sustentable y muy productiva, con cuidado del ambiente y bienestar animal. ¿Cómo se relaciona el campo argentino con la tecnología y la innovación? ¿Estamos atrasados con respecto al mundo? La actividad agropecuaria argentina es muy diversa. Existen sectores con alto nivel de tecnificación y eficiencia productiva, como por ejemplo la producción de maíz y soja, que se encuentran a la vanguardia en el mundo. En cambio, la ganadería bovina de carne, en Argentina, no es pionera en innovación ni en uso de tecnología. El productor ganadero argentino todavía no ha incorporado la trazabilidad individual, tal como tiene Uruguay. ¿Qué consecuencias le trae esta falta a nuestro sistema exportador? En los últimos años, la trazabilidad se ha ido convirtiendo en una exigencia excluyente para el comercio exterior de carne, particularmente en los mercados de alto valor. En estos ámbitos el producto debe llevar las garantías de certificación y trazabilidad confiables, que enmarcan no sólo el origen y procedencia sino también las manipulaciones de la industria frigorífica y transformadora. La falta de trazabilidad individual atenta contra el acceso de mercados de alto valor. ¿Cómo podemos alcanzar producciones ganaderas sustentables desde el punto de vista económico social y ambiental? El desafío para la cadena de la carne es tener en cuenta qué quieren los consumidores: un producto saludable, nutracéutico, con una composición química que mejore la salud y que también sea amigable con el ambiente y contemple el bienestar del animal. Sobre estos pilares nos tenemos que manejar y creo que por ahí pasa el desafío para la ganadería bovina. Usted es parte de la red de “Mujeres Rurales” argentinas. ¿Qué rol tienen hoy estas mujeres? ¿En qué medida cree que ha evolucionado con respecto al lugar que ocupaban 10 ó 20 años atrás en la actividad agroganadera? Mujeres Rurales argentinas surgió en el marco del G20, en relación con objetivos de trabajo referidos a equidad de género en lo digital, lo laboral y lo financiero. Argentina decidió incluir el desarrollo rural resaltando el rol de la mujer rural. A esta decisión se llegó teniendo en cuenta que un 43 % de la mano de obra agrícola está compuesta por mujeres, y que estamos involucradas en más del 50% de algún momento del procesamiento de los alimentos. El objetivo principal es transmitir a la sociedad los conocimientos y tareas que cada una realiza en su actividad, para tratar de mejorar en cada lugar donde nos encontramos la vida de la gente de campo. Este grupo permitió visibilizar y valorar a las mujeres rurales y su trabajo.